Señores
Mariano
Germán Mejía,
Presidente de la Suprema
Corte de Justicia y del Consejo del Poder Judicial;
Francisco
Domínguez Brito,
Procurador General de la República.
Nosotros
y nosotras, ciudadanos y ciudadanas nos dirigimos hoy a ustedes para exigir la
aplicación de todo el peso de la ley a los servidores públicos que han utilizado
los recursos públicos para su beneficio personal o el de su partido, traicionando
la confianza del pueblo dominicano.
La corrupción es la peor forma de utilizar los recursos del Estado,
es el peor gasto público, roba recursos para combatir la pobreza y es
un obstáculo para el desarrollo de hombres y mujeres, además de lesionar el
sistema democrático cuando este uso no es sólo individual sino partidario.
El Sistema de Justicia de esta República no puede
permanecer indiferente ante un flagelo que está enriqueciendo a una pequeña
parte de la clase política nacional a expensas de la miseria de la mayoría de
la población; del histórico y vergonzoso desorden de las instituciones; y de la
ineficiencia de servicios básicos como la educación, la salud, la seguridad, el
agua potable, la electricidad y el transporte.
Nuestra sociedad conoce importantes y recientes ejemplos
de robo y prevaricación de la propiedad colectiva, pues estos son registrados
semana tras semana en los espacios periodísticos que, con un alto sentido de
valentía y respeto por el imperio de la justicia, denuncian con pruebas, nombres y apellidos a los funcionarios y
funcionarias que abusan de sus cargos
públicos para acumular beneficios privados.
Estos casos despiertan recurrentemente la indignación y
el deseo de justicia de quienes aspiramos a vivir en una sociedad justa y
respetuosa de su ley.
De igual forma, esta sociedad ve cómo
Participación Ciudadana, la Alianza Dominicana
contra la Corrupción
(ADOCO), Ciudadanos Contra la
Corrupción (C3), Alianza País y otras organizaciones
cívicas y políticas se fundamentan en el artículo 146 de nuestra Carta Magna
para ir más allá de la denuncia y someter a expresidentes, legisladores, ministros,
exministros, alcaldes y otros funcionarios.
Estas muestras de responsabilidad y fiscalización
ciudadana, sin embargo, contrastan a diario
con la lamentable inercia del Ministerio Público. El órgano
facultado por la Constitución para
perseguir el delito en cualquiera de sus manifestaciones se muestra inflexible
con el delincuente común de los barrios, pero mantiene una actitud pasiva
frente a los grandes casos de corrupción que se denuncian una y mil veces desde los medios informativos
y las organizaciones cívicas.
El país ha visto la contundencia y la rapidez con que la Procuraduría puede
sancionar a un alcaide de El Seibo por permitir irregularidades en un centro
carcelario, mientras se ignora por completo a los responsables del déficit
fiscal del 2012 y los informes de la
Cámara de Cuentas donde se explica que en el mismo año hubo Ingresos Tributarios no ingresados al circuito presupuestario
por montos que suman más de RD$1,300 millones.
El mismo Pleno de la Cámara de Cuentas entregó en abril a la justicia
los resultados de las 54 auditorías después de confirmar que los principales
funcionarios de esas instituciones violaron leyes que comprometen su responsabilidad
legal. Las auditorías detectaron malversación y dispendio de recursos del
pueblo dominicano por RD$4 mil millones en la administración pública, desde
2004 hasta el 2008. Sin embargo, la mayoría de estas auditorías se encuentran
archivadas en la Dirección
de la Persecución
de la
Corrupción Administrativa y en diferentes fiscalías del
interior, sin que el Ministerio Público inicie acciones legales contra los
funcionarios que elegidamente incurrieron en manejo indecoroso de los dineros
públicos.
En
los días recientes tampoco han despertado el brazo persecutor del Ministerio
Público las fundamentadas denuncias de corrupción en el Consejo Nacional de la Niñez (CONANI), ni la presunta
irregularidad de la declaración jurada de bienes del doctor Marino Vinicio
Castillo, titular de la
Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental.
La
indiferencia de la Procuraduría General
de la República
raya hoy en la complicidad, y hay que pararla.
La
impunidad de los responsables de actos de corrupción agudiza el fenómeno, por
cuanto estimula un círculo perverso de nuevas prácticas corruptas y de
ostentación del enriquecimiento ilícito sin consecuencias penales, generando
una cultura de prevaricación que corroe la calidad de gobierno y amenaza la
convivencia pacífica de este pueblo.
Archivar
grandes casos de corrupción es una práctica que jueces y juezas de la República mantienen
vigente, obligando a la población a realizar juicios populares para, por lo
menos, simular la aplicación de la ley. Pero este pueblo se merece mucho más que
simulaciones. Esa impunidad hay que
pararla.
Ustedes,
en su calidad de rectores del sistema nacional de justicia, deben pararla.
Sabemos
que la tarea que les reclamamos no es fácil, por los grandes intereses
económicos y políticos que se alimentan de la corrupción pública. Pero deben
saber que la ciudadanía respaldará a las autoridades que se atrevan a hacer
justicia imponiendo el castigo que manda la ley a quienes, con el hurto flagrante
de los bienes colectivos, traicionan los principios que sustentan nuestra
sociedad.
Nosotros
y nosotras, los firmantes de este documento, les informamos que hoy damos
inicio a una campaña nacional contra la corrupción y la impunidad. Y, en el
marco de la misma, estamos dispuestos a apoyar cualquier acción ciudadana o institucional que
procure erradicar de una vez y para siempre una de las grandes lacras que
obstaculizan el desarrollo pleno de República Dominicana. No tengan dudas de que recibirán nuestro respaldo
si deciden superar la pasividad actual del sistema de justicia y actuar en
coincidencia con los mandatos de nuestra Carta Magna.
Señor
presidente del Consejo del Poder Judicial, señor procurador general de la República , “Paren eso”,
pongan un freno y un castigo ejemplar a los corruptos y corruptas que nos
traicionan y empobrecen, y la inmensa mayoría de los dominicanos sabrá
acompañarles y agradecerles.
Movimiento Justicia Fiscal
Movimiento Justicia Fiscal
No hay comentarios:
Publicar un comentario